Nadar o bucear en pantanos o aguas estancadas puede ser una actividad emocionante, pero desde el punto de vista de la salud ocular, conlleva riesgos significativos. Estas aguas, al estar poco circuladas, suelen contener altos niveles de microorganismos, bacterias, hongos y parásitos que pueden causar infecciones graves, algunas de las cuales pueden afectar permanentemente la visión si no se tratan a tiempo.
¿Qué peligros específicos representan estas aguas para los ojos?
Los ojos son particularmente vulnerables a los microorganismos presentes en aguas estancadas debido a su contacto directo con el entorno. Entre los peligros más destacados se encuentran:
- Parásitos como la Entamoeba histolytica La Acanthamoeba histolytica es un protozoo que causa amebiasis, una infección que afecta generalmente el sistema digestivo, pero que puede diseminarse a otras partes del cuerpo, incluyendo los ojos. Aunque es un caso raro, puede provocar queratitis amebiana, una afección severa que daña la córnea y puede conducir a complicaciones graves si no se trata adecuadamente.
- Infecciones bacterianas Las aguas estancadas suelen contener bacterias como Pseudomonas aeruginosa, una de las principales responsables de la queratitis bacteriana. Esta infección causa dolor ocular, secreción y puede dejar cicatrices en la córnea.
- Hongos acuáticos Los hongos presentes en aguas contaminadas también pueden causar infecciones oculares. Estos organismos pueden ser difíciles de tratar y, en algunos casos, requerir tratamientos prolongados o incluso intervenciones quirúrgicas.
- Lesiones físicas e irritación Además de los microorganismos, las aguas turbias pueden contener partículas de materia orgánica, arena o químicos que causan irritación ocular. La visibilidad reducida también aumenta el riesgo de lesiones físicas al entrar en contacto con ramas, rocas o escombros bajo el agua.
Efectos secundarios comunes tras la exposición Las personas que nadan o bucean en pantanos o aguas estancadas pueden experimentar:
- Enrojecimiento y dolor ocular.
- Sensación de cuerpo extraño en los ojos.
- Visión borrosa o sensibilidad a la luz.
- Secreción ocular o hinchazón.
¿Cómo proteger los ojos al nadar en pantanos o aguas estancadas?
- Usar gafas de natación herméticas Estas gafas crean una barrera protectora que evita el contacto directo entre los ojos y el agua contaminada.
- Evitar abrir los ojos bajo el agua Mantener los ojos cerrados minimiza el riesgo de contacto con microorganismos y partículas suspendidas.
- Retirar los lentes de contacto Los lentes de contacto son especialmente susceptibles a retener microorganismos, aumentando el riesgo de infecciones graves.
- Lavar los ojos después de nadar Enjuagar los ojos con agua limpia o solución salina ayuda a eliminar residuos y reduce el riesgo de irritación o infección.
- Consultar la calidad del agua Antes de nadar, verifica si el área es segura y está libre de altos niveles de contaminación biológica.
¿Cuándo buscar atención médica? Acude a un oftalmólogo si experimentas:
- Dolor ocular persistente o severo.
- Secreción, enrojecimiento o hinchazón después de nadar.
- Cambios en la visión que no desaparecen tras unos días.
Conclusión Disfrutar de la naturaleza implica tomar precauciones, especialmente cuando se trata de nadar o bucear en aguas estancadas. La protección adecuada y la atención preventiva pueden marcar la diferencia para evitar infecciones oculares graves y preservar la salud visual. Si tienes dudas o presentas síntomas tras la exposición, consulta con un especialista lo antes posible.
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Esta información es orientativa. Para una información personalizada consulte a su oftalmólogo.
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